Post by Dolch on Feb 18, 2006 20:23:34 GMT -5
Os pongo el relato que presente al concurso de Kum Sutun
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Un Festín para los Cuervos
“Tienes unas 7 horas antes de que detecten que los códigos de entrada eran falsos y se pongan a buscarnos. ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe?”
“Es mejor que no Wern. Un hombre sólo tiene más posibilidades de pasar desapercibido y si no estoy de vuelta en el tiempo previsto, Davh necesitará ayuda para pilotar.
No, prefiero que os quedéis aquí. No dudéis en largaros si hay algún imprevisto, nada de enfrentamientos directos.”
“Tendré la nave lista para despegar. Preocúpate sólo de volver con el pellejo intacto"
Tras estrecharles la mano, Dolch se dio la vuelta y se dirigió a la linde del claro. Las sombras comenzaban ya a alargarse y aún tenía un buen trecho por recorrer hasta llegar a Mosedane…O lo que quedaba de ella…
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Esperó a que una patrulla montada en un semi-oruga pasase de largo antes de salir del amparo de los árboles y descender por la ladera, ocultándose entre las ruinas de los habitáculos que la jalonaban…Era un distrito agrícola de las afueras que limitaba con el área interior que albergaba a la industria pesada. Tomando unos momentos para asegurarse de que el área estaba despejada, decidió atravesarla en dos etapas. Iría hasta un pequeño silo de grano más o menos a la tercera parte del camino…e improvisaría desde allí.
Se internó en los campos de cultivo.
La cosecha no había sido recogida y un penetrante aroma a fermentación lo inundaba todo. El trecho hasta el silo lo recorrió sin contratiempos, ahora venía lo divertido…A lo lejos se veía una torre de vigilancia… Era la zona más peligrosa, terreno abierto sin ningún sitio al que huir si lo descubrían…Contó los segundos que tardaban en barrer con los focos la zona que debía atravesar…1,2,3…,29. Siguió escudriñando con los macrobinoculares hasta que decidió donde…No había margen de error posible.
Cerró los ojos y empezó a contar mentalmente…
1, 2, 3,...“¿Qué ha desaparecido el cargamento de armas destinado a Kira?...”
8,9,10…”¿Cómo que él también ha desparecido?...”
17, 18, 19…”¿En Kelso? ¡Si eso está casi destruído y los imperiales lo tienen bajo ley marcial!”
23, 24, 25…”No puede pedirme que haga eso, Coronel Bullhot…”
27,28, 29…”Entendido”
Salió de la cobertura que le ofrecía el silo y corrió…Las botas se hundían en el terreno blando…Corrió…El suelo comenzó a endurecerse…Corrió…Asfalto…Saltó…Y se quedó quieto…El murete tras el que se había parapetado quedó iluminado durante unos instantes…Pero no sonó ninguna alarma.
Se alejó medio reptando hacia la seguridad que le ofrecían los arrabales de la ciudad…
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Los enormes socavones en el pavimento y los montones de cascotes eran silenciosos monumentos a la ferocidad de los ataques imperiales…Durante su avance entre los esqueletos retorcidos de lo que antaño fuese una próspera zona industrial y de fabricación, imaginó la magnitud de los bombardeos a los que debió verse sometida la ciudad…
Si la giro-brujula no fallaba, estaba a unos 400m de las coordenadas del templo donde debía encontrarse con su contacto…
“Joder…”-pensó al ir a girar la última esquina…
Otro de esos semiorugas estaba parado a unos 30m del almacén…y su dotación estaba peinando la zona…¿Acaso alguna filtración?...
“Joder…” Se apoyó contra la pared del edificio y empezó a evaluar las posibles acciones…Pero unos súbitos disparos y el ruido del semi-oruga al arrancar, le sacaron de sus pensamientos…
Otra furtiva mirada desde la esquina y vió a los soldados de asalto subiendo al vehiculo y como este se dirigió rápidamente calle abajo…”Ahora o nunca”…En apenas 10 latidos llegó a la fachada y, rompiendo una ventana, se coló en el interior…El almacén estaba oscuro y en silencio, pero era de las cosas más tristes q incluso el encallecido corazón de Dolch había visto nunca. Cuerpos destrozados y descompuestos se adivinaban yaciendo en el suelo de mármol del santuario, donde habían sido asesinados tiempo atrás, algunos en reconocible posición de clemencia…Hacer la señal ahora era arriesgado, pero llegados a este punto, nada importaba mucho. Colocó una palmatoria con una vela en una de las ventanas orientadas al sur, la misma que había roto para entrar…Su cronómetro le indicaba que había llegado con unos 10 minutos de adelanto sobre el horario previsto…A la hora señalada, encendió la vela, se retiró a las sombras con su bláster desenfundado y comenzó a esperar…
Tras un tiempo indeterminado, en el que los únicos sonidos que le acompañaban eran los látidos de su corazón, el zumbido de las moscas y alguna explosión lejana, una mano desde fuera apagó el candil…Acto seguido, una furtiva figura, se deslizó dentro….
“¿Hola?, ¿Hay alguien ahí?…"El desconocido encendió una pequeña linterna y comenzó a escudriñar el interior del edificio…Se envaró al sentir el cañón de una pistola en la sien.
“Hola, Kelso resiste…”dijo la voz a su espalda
“…hasta el último aliento” contestó el otro hombre
La presión del arma sobre la cabeza del hombre se relajó.
“Encantado de conocerle Señor, soy Phelus de la Resistencia Mosediana. Perdone el retraso, pero tuvimos que crear una distracción para alejar a las patrullas de este sector”
“He oído el jaleo…No me queda mucho tiempo. Llévame ante él”
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Phelus le hizo una seña desde la esquina y Dolch recorrió a la carrera la calle empedrada. Al llegar a su altura, bajaron juntos los escalones situados frente a una fuente pública. El aire de la noche era húmedo pero se le colaba como una brasa en los pulmones…Se metieron en un callejón, hasta llegar a una valla de alambre de espino que les cerraba el paso.
“Sujéteme esto, Señor” le dijo extendiéndole la carabina. El joven partisano se envolvió las manos con su guerrera para poder agarrar los puntiagudos filamentos sin destrozarse las palmas, y retiró una sección de la valla cercana a la pared por la que podía pasar un hombre reptando. Cuando hubieron pasado los dos, devolvió a su sitio esa parte y se colocó de nuevo la guerrera, donde habían aparecido una serie de desgarrones nuevos…
Siguieron avanzando entre callejones, algunas veces a la derecha, otras a la izquierda…hasta que Phelus le indicó que se detuviera. Estaban en un tramo de paredes enyesadas, donde varias puertas se alineaban delante de ellos. Trozos de mampostería decoraban el suelo, obviamente las fachadas habían conocido tiempos mejores…El miliciano se adelantó unos metros y golpeó en secuencia una de las puertas. Oyó los postigos descorrerse y la luz desde el interior inundó la cara de Phelus…
”Es todavía un chiquillo”-pensó Dolch
Una mujer de avanzada edad les condujo hasta el sótano. De un vistazo contó 15 hombres, algunos de ellos con pocas estaciones, y otros, con demasiadas. Todas las miradas se clavaron en él durante un instante, pero enseguida volvieron a sus ocupaciones, limpiando armas o revisando cargadores en sus catres de paja o usando cajas de madera como improvisadas mesas …
“Sígame Señor, el General le está esperando”
La parte que más había estado temiendo de la misión comenzaba ahora…
Se adentraron en lo debió haber sido una rica bodega en otros tiempos. Le vió enseguida, inclinado sobre una mesa repleta de mapas, iluminada por un improvisado tendido electrico. Estaba discutiendo con otro par de hombres vestidos de militar…
Aunque su primer impulso fue el de llamarle por su nombre, aguardó.
Phelus carraspeó…”General Atlantis, el Coronel Adare está aquí”
Él se giró y Dolch reconoció tras un rostro mal afeitado y unas profundas ojeras las facciones de su antiguo camarada de armas, Corvy Atlantis.
“Que me lleven los diablos, cuando me enteré de que venías no podía creérmelo. Acércate que te presente a mis oficiales.” E hizo un gesto con la mano, invitandolo a unirse a ellos. “Phelus, puedes retirarte”.
“Caballeros, les presento al Coronel Dolch Adare, del Servicio de Inteligencia de la Alianza” dijo el General con una sonrisa en sus labios cuarteados.
“Dolch, te presento al Capitán Belisarius y al Teniente Haldir”. Ambos hombres se cuadraron y saludaron militarmente. Adare les respondió de la misma forma.
“Quisiera poder ofrecerte algo, pero no andamos muy sobrados de suministros…Me alegro mucho de verte”-dijo con voz franca, sujetándole con fuerza el brazo.
Dolch se esforzó para que las palabras acudiesen a su garganta, pero solo pudo devolver una sonrisa forzada.
“¿Qué pasa viejo amigo? ¿No vas a explicarnos el motivo de tu visita?. ¿Acaso la Alianza pretende enviar una flota para reconquistar el planeta? ¿Debemos asegurar una zona de desembarco?...¡Dime algo, nos tienes en ascuas!”
Al fin habló…”General Atlantis, no hay ninguna flota en camino. Y no creo que la haya, al menos en un futuro cercano. Mi misión es convencerle para que detenga su pequeña revolución, por el bien de los pocos supervivientes de Kelso.”
La expresión de los tres hombres cambió radicalmente. El Teniente y el Capitán miraban con rostro tenso al General, sin atreverse a pedir una explicación.
Atlantis agarró por la pechera a Dolch y le atrajo a escasos centímetros de su cara. “¡¿Me estás diciendo que 3 de mis hombres han perdido la vida para que tu vinieses aquí a decirme esto?!. ¡Debí dejar que murieses en Kashyyyk, bastardo sin alma!” y de un empujón lo soltó.
Adare continuó: “Bullhot me ha ordenado llevarte conmigo para que expliques la desaparición del cargamento de armas destinado a la base de Kira. Estoy autorizado a usar la fuerza si es necesario”
El Teniente se llevó la mano a su pistolera pero fue detenido por un gesto seco de Atlantis.
“El Imperio no permitirá que el planeta cambie de manos, antes lo destruirá. Interceptamos transmisiones del prefecto de Mosedane solicitando refuerzos, que han sido contestadas con el envío de dos destructores clase Victoria al sector. Llegarán en dos días. Si no desistes, os exterminarán a todos”
“¡¿Ves a esos hombres de ahí fuera?!. Lo han perdido todo. Sólo les queda una muerte digna…Ésta es mi gente y vamos a luchar hasta el último aliento. Con vuestra ayuda o sin ella…¡Todos los habitantes de Kelso te dirían lo mismo, maldito seas! Lárgate y dale nuestra respuesta a esos burócratas que no saben lo que es la guerra…Teniente, acompañe a este hombre a la salida y que Phelus lo arroje al agujero donde lo encontró”
“Lo que les diré es que no te encontré, que me dijeron que estabas muerto…” Se sacó una placa de datos del bolsillo del chaleco y la arrojó sobre la mesa. “Ahí tienes las coordenadas de donde Werner y Davh han enterrado 1 caja de 50 rifles Sg82 y otra de 100 pistolas D-18, todo con sus correspondientes células energéticas. También hay algo de material médico y un poco de detonita, cortesía de Sala.No pudimos conseguir más en tan poco tiempo. Por mi parte, he añadido toda la información que el SIA tiene sobre las fuerzas de ocupación de Kelso, incluyendo códigos y rutas de suministros. Cuídate Corvs”-Saludó marcialmente y se dio la vuelta.
“Dolch, sé que lo entiendes…Kelso resiste…”
“Lo sé, hasta el último aliento” contestó sin mirar atrás.
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Para los que no conozcais a los protagonistas:
Dolch Adare: Coronel del Servicio de Inteligencia de la Alianza. Experto en guerra de guerrilas. Condecorado por la campaña de Kashyyyk que finalizó con el derrocamiento de Lord Cissc. Perdió un brazo allí, combatiendo contra furtivos Chiss.
Corvy Atlantis: Camarada de armas de Dolch en la Division Windu de Dantooine. Le salvó la vida a Dolch en Kashyyk cuando los furtivos estaban a punto de rematarlo. Procede del planeta Kelso.
Werner Molders: Comandante de la milicia de la Division Windu. Experto en tácticas de cuerpo a cuerpo y en uso de armas de todos los calibres.
Davh Gutai: Contrabandista y socio de Dolch antes de que ambos se uniesen a la Rebelión. Es un gran piloto y el soporte moral de la Division, siempre haciendo algún comentario jocoso en los momentos donde todo parece perdido.
Sandrita Bullhot: Coronel de Brigada y Líder de la Division Windu. Una mujer dura pero justa, cuyo sentido del deber siempre se sobrepone a los sentimientos personales.
Saladrim Ryan: Es el oficial medico y mano derecha de Bullhot. Segundo en el escalafon de mando de la Division.
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Un Festín para los Cuervos
“Tienes unas 7 horas antes de que detecten que los códigos de entrada eran falsos y se pongan a buscarnos. ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe?”
“Es mejor que no Wern. Un hombre sólo tiene más posibilidades de pasar desapercibido y si no estoy de vuelta en el tiempo previsto, Davh necesitará ayuda para pilotar.
No, prefiero que os quedéis aquí. No dudéis en largaros si hay algún imprevisto, nada de enfrentamientos directos.”
“Tendré la nave lista para despegar. Preocúpate sólo de volver con el pellejo intacto"
Tras estrecharles la mano, Dolch se dio la vuelta y se dirigió a la linde del claro. Las sombras comenzaban ya a alargarse y aún tenía un buen trecho por recorrer hasta llegar a Mosedane…O lo que quedaba de ella…
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Esperó a que una patrulla montada en un semi-oruga pasase de largo antes de salir del amparo de los árboles y descender por la ladera, ocultándose entre las ruinas de los habitáculos que la jalonaban…Era un distrito agrícola de las afueras que limitaba con el área interior que albergaba a la industria pesada. Tomando unos momentos para asegurarse de que el área estaba despejada, decidió atravesarla en dos etapas. Iría hasta un pequeño silo de grano más o menos a la tercera parte del camino…e improvisaría desde allí.
Se internó en los campos de cultivo.
La cosecha no había sido recogida y un penetrante aroma a fermentación lo inundaba todo. El trecho hasta el silo lo recorrió sin contratiempos, ahora venía lo divertido…A lo lejos se veía una torre de vigilancia… Era la zona más peligrosa, terreno abierto sin ningún sitio al que huir si lo descubrían…Contó los segundos que tardaban en barrer con los focos la zona que debía atravesar…1,2,3…,29. Siguió escudriñando con los macrobinoculares hasta que decidió donde…No había margen de error posible.
Cerró los ojos y empezó a contar mentalmente…
1, 2, 3,...“¿Qué ha desaparecido el cargamento de armas destinado a Kira?...”
8,9,10…”¿Cómo que él también ha desparecido?...”
17, 18, 19…”¿En Kelso? ¡Si eso está casi destruído y los imperiales lo tienen bajo ley marcial!”
23, 24, 25…”No puede pedirme que haga eso, Coronel Bullhot…”
27,28, 29…”Entendido”
Salió de la cobertura que le ofrecía el silo y corrió…Las botas se hundían en el terreno blando…Corrió…El suelo comenzó a endurecerse…Corrió…Asfalto…Saltó…Y se quedó quieto…El murete tras el que se había parapetado quedó iluminado durante unos instantes…Pero no sonó ninguna alarma.
Se alejó medio reptando hacia la seguridad que le ofrecían los arrabales de la ciudad…
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Los enormes socavones en el pavimento y los montones de cascotes eran silenciosos monumentos a la ferocidad de los ataques imperiales…Durante su avance entre los esqueletos retorcidos de lo que antaño fuese una próspera zona industrial y de fabricación, imaginó la magnitud de los bombardeos a los que debió verse sometida la ciudad…
Si la giro-brujula no fallaba, estaba a unos 400m de las coordenadas del templo donde debía encontrarse con su contacto…
“Joder…”-pensó al ir a girar la última esquina…
Otro de esos semiorugas estaba parado a unos 30m del almacén…y su dotación estaba peinando la zona…¿Acaso alguna filtración?...
“Joder…” Se apoyó contra la pared del edificio y empezó a evaluar las posibles acciones…Pero unos súbitos disparos y el ruido del semi-oruga al arrancar, le sacaron de sus pensamientos…
Otra furtiva mirada desde la esquina y vió a los soldados de asalto subiendo al vehiculo y como este se dirigió rápidamente calle abajo…”Ahora o nunca”…En apenas 10 latidos llegó a la fachada y, rompiendo una ventana, se coló en el interior…El almacén estaba oscuro y en silencio, pero era de las cosas más tristes q incluso el encallecido corazón de Dolch había visto nunca. Cuerpos destrozados y descompuestos se adivinaban yaciendo en el suelo de mármol del santuario, donde habían sido asesinados tiempo atrás, algunos en reconocible posición de clemencia…Hacer la señal ahora era arriesgado, pero llegados a este punto, nada importaba mucho. Colocó una palmatoria con una vela en una de las ventanas orientadas al sur, la misma que había roto para entrar…Su cronómetro le indicaba que había llegado con unos 10 minutos de adelanto sobre el horario previsto…A la hora señalada, encendió la vela, se retiró a las sombras con su bláster desenfundado y comenzó a esperar…
Tras un tiempo indeterminado, en el que los únicos sonidos que le acompañaban eran los látidos de su corazón, el zumbido de las moscas y alguna explosión lejana, una mano desde fuera apagó el candil…Acto seguido, una furtiva figura, se deslizó dentro….
“¿Hola?, ¿Hay alguien ahí?…"El desconocido encendió una pequeña linterna y comenzó a escudriñar el interior del edificio…Se envaró al sentir el cañón de una pistola en la sien.
“Hola, Kelso resiste…”dijo la voz a su espalda
“…hasta el último aliento” contestó el otro hombre
La presión del arma sobre la cabeza del hombre se relajó.
“Encantado de conocerle Señor, soy Phelus de la Resistencia Mosediana. Perdone el retraso, pero tuvimos que crear una distracción para alejar a las patrullas de este sector”
“He oído el jaleo…No me queda mucho tiempo. Llévame ante él”
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Phelus le hizo una seña desde la esquina y Dolch recorrió a la carrera la calle empedrada. Al llegar a su altura, bajaron juntos los escalones situados frente a una fuente pública. El aire de la noche era húmedo pero se le colaba como una brasa en los pulmones…Se metieron en un callejón, hasta llegar a una valla de alambre de espino que les cerraba el paso.
“Sujéteme esto, Señor” le dijo extendiéndole la carabina. El joven partisano se envolvió las manos con su guerrera para poder agarrar los puntiagudos filamentos sin destrozarse las palmas, y retiró una sección de la valla cercana a la pared por la que podía pasar un hombre reptando. Cuando hubieron pasado los dos, devolvió a su sitio esa parte y se colocó de nuevo la guerrera, donde habían aparecido una serie de desgarrones nuevos…
Siguieron avanzando entre callejones, algunas veces a la derecha, otras a la izquierda…hasta que Phelus le indicó que se detuviera. Estaban en un tramo de paredes enyesadas, donde varias puertas se alineaban delante de ellos. Trozos de mampostería decoraban el suelo, obviamente las fachadas habían conocido tiempos mejores…El miliciano se adelantó unos metros y golpeó en secuencia una de las puertas. Oyó los postigos descorrerse y la luz desde el interior inundó la cara de Phelus…
”Es todavía un chiquillo”-pensó Dolch
Una mujer de avanzada edad les condujo hasta el sótano. De un vistazo contó 15 hombres, algunos de ellos con pocas estaciones, y otros, con demasiadas. Todas las miradas se clavaron en él durante un instante, pero enseguida volvieron a sus ocupaciones, limpiando armas o revisando cargadores en sus catres de paja o usando cajas de madera como improvisadas mesas …
“Sígame Señor, el General le está esperando”
La parte que más había estado temiendo de la misión comenzaba ahora…
Se adentraron en lo debió haber sido una rica bodega en otros tiempos. Le vió enseguida, inclinado sobre una mesa repleta de mapas, iluminada por un improvisado tendido electrico. Estaba discutiendo con otro par de hombres vestidos de militar…
Aunque su primer impulso fue el de llamarle por su nombre, aguardó.
Phelus carraspeó…”General Atlantis, el Coronel Adare está aquí”
Él se giró y Dolch reconoció tras un rostro mal afeitado y unas profundas ojeras las facciones de su antiguo camarada de armas, Corvy Atlantis.
“Que me lleven los diablos, cuando me enteré de que venías no podía creérmelo. Acércate que te presente a mis oficiales.” E hizo un gesto con la mano, invitandolo a unirse a ellos. “Phelus, puedes retirarte”.
“Caballeros, les presento al Coronel Dolch Adare, del Servicio de Inteligencia de la Alianza” dijo el General con una sonrisa en sus labios cuarteados.
“Dolch, te presento al Capitán Belisarius y al Teniente Haldir”. Ambos hombres se cuadraron y saludaron militarmente. Adare les respondió de la misma forma.
“Quisiera poder ofrecerte algo, pero no andamos muy sobrados de suministros…Me alegro mucho de verte”-dijo con voz franca, sujetándole con fuerza el brazo.
Dolch se esforzó para que las palabras acudiesen a su garganta, pero solo pudo devolver una sonrisa forzada.
“¿Qué pasa viejo amigo? ¿No vas a explicarnos el motivo de tu visita?. ¿Acaso la Alianza pretende enviar una flota para reconquistar el planeta? ¿Debemos asegurar una zona de desembarco?...¡Dime algo, nos tienes en ascuas!”
Al fin habló…”General Atlantis, no hay ninguna flota en camino. Y no creo que la haya, al menos en un futuro cercano. Mi misión es convencerle para que detenga su pequeña revolución, por el bien de los pocos supervivientes de Kelso.”
La expresión de los tres hombres cambió radicalmente. El Teniente y el Capitán miraban con rostro tenso al General, sin atreverse a pedir una explicación.
Atlantis agarró por la pechera a Dolch y le atrajo a escasos centímetros de su cara. “¡¿Me estás diciendo que 3 de mis hombres han perdido la vida para que tu vinieses aquí a decirme esto?!. ¡Debí dejar que murieses en Kashyyyk, bastardo sin alma!” y de un empujón lo soltó.
Adare continuó: “Bullhot me ha ordenado llevarte conmigo para que expliques la desaparición del cargamento de armas destinado a la base de Kira. Estoy autorizado a usar la fuerza si es necesario”
El Teniente se llevó la mano a su pistolera pero fue detenido por un gesto seco de Atlantis.
“El Imperio no permitirá que el planeta cambie de manos, antes lo destruirá. Interceptamos transmisiones del prefecto de Mosedane solicitando refuerzos, que han sido contestadas con el envío de dos destructores clase Victoria al sector. Llegarán en dos días. Si no desistes, os exterminarán a todos”
“¡¿Ves a esos hombres de ahí fuera?!. Lo han perdido todo. Sólo les queda una muerte digna…Ésta es mi gente y vamos a luchar hasta el último aliento. Con vuestra ayuda o sin ella…¡Todos los habitantes de Kelso te dirían lo mismo, maldito seas! Lárgate y dale nuestra respuesta a esos burócratas que no saben lo que es la guerra…Teniente, acompañe a este hombre a la salida y que Phelus lo arroje al agujero donde lo encontró”
“Lo que les diré es que no te encontré, que me dijeron que estabas muerto…” Se sacó una placa de datos del bolsillo del chaleco y la arrojó sobre la mesa. “Ahí tienes las coordenadas de donde Werner y Davh han enterrado 1 caja de 50 rifles Sg82 y otra de 100 pistolas D-18, todo con sus correspondientes células energéticas. También hay algo de material médico y un poco de detonita, cortesía de Sala.No pudimos conseguir más en tan poco tiempo. Por mi parte, he añadido toda la información que el SIA tiene sobre las fuerzas de ocupación de Kelso, incluyendo códigos y rutas de suministros. Cuídate Corvs”-Saludó marcialmente y se dio la vuelta.
“Dolch, sé que lo entiendes…Kelso resiste…”
“Lo sé, hasta el último aliento” contestó sin mirar atrás.
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Para los que no conozcais a los protagonistas:
Dolch Adare: Coronel del Servicio de Inteligencia de la Alianza. Experto en guerra de guerrilas. Condecorado por la campaña de Kashyyyk que finalizó con el derrocamiento de Lord Cissc. Perdió un brazo allí, combatiendo contra furtivos Chiss.
Corvy Atlantis: Camarada de armas de Dolch en la Division Windu de Dantooine. Le salvó la vida a Dolch en Kashyyk cuando los furtivos estaban a punto de rematarlo. Procede del planeta Kelso.
Werner Molders: Comandante de la milicia de la Division Windu. Experto en tácticas de cuerpo a cuerpo y en uso de armas de todos los calibres.
Davh Gutai: Contrabandista y socio de Dolch antes de que ambos se uniesen a la Rebelión. Es un gran piloto y el soporte moral de la Division, siempre haciendo algún comentario jocoso en los momentos donde todo parece perdido.
Sandrita Bullhot: Coronel de Brigada y Líder de la Division Windu. Una mujer dura pero justa, cuyo sentido del deber siempre se sobrepone a los sentimientos personales.
Saladrim Ryan: Es el oficial medico y mano derecha de Bullhot. Segundo en el escalafon de mando de la Division.